¡Bienvenidos Habitantes de La Madriguera!
Hoy vengo a hablaros de un cortometraje que he descubierto esta semana pululando por internet y que me ha enamorado por su sencillez.
El corto del que os hablo se titula "Just breathe" ("Sólo respira") cuyos realizadores, Julie Bayer y Josh Salzman, encontraron la inspiración escuchando una conversación de su hijo de 5 años con unos amigos sobre lo que estaban aprendiendo en su escuela infantil: identificar sus emociones, canalizarlas... Vamos, lo que viene siendo inteligencia emocional.
Los niños poseen una plasticidad mental enorme y es admirable la capacidad que tienen de asimilar conceptos complejos como, por ejemplo, la forma en que las emociones afectan distintas áreas de nuestro cerebro y cómo trabajarlas para recuperar el estado de bienestar, algo que para muchos de nosotros, los talluditos, se convierte en una enorme montaña por escalar.
Y en este vídeo nos encontramos a niños, enseñando a otros niños y a nosotros mismos lo que puede lograr el mindfulness.
Maravillosa inteligencia emocinal. Por desgracia en la mayoría de nuestros colegios y escuelas es algo que se tiene bastante abandonado. Les enseñamos a nuestros niños mucha teoría, datos cuantificables, fechas, fórmulas, conocimientos concretos, olvidándonos de enseñarles a percibir, asimilar y, sobre todo, comprender y gestionar las emociones, tanto las propias como las ajenas. Y qué importante es para el día a día un correcto manejo de las mismas ¿verdad?
Ahora podemos hablar por fin de inteligencias múltiples. No sólo cuantificamos la capacidad de recordar datos concretos o desarrollar una idea o planteamiento. Identificamos las distintas capacidades de nuestros retoños: músical, matemática... Eso si tienes suerte y das con un colegio con profesionales con una preparación más de hoy día que se preocupen de mirar más allá de los méritos académicos. Que no digo que no los haya, ojo, pero que cuesta encontrarlos en un colegio público y que además buracracia y sistemas educativos varios no hayan quemado dejando la sombra de lo que fue el día que decidió prepararse como docente, maestr@, psicopedagog@...
¿Os habéis encontrado alguno de estos diamantitos en el cole de vuestros peques? ¿Se educa la inteligencia emocional? ¿Practican mindfulness? Realmente es un tema que da para mucho. Os animo a que me contéis vuestras experiencias y si estás leyendo esto y eres un@ de es@s diamantes, por favor, comparte con nosotros un trocito de tu sabiduría que nos encantará leerte y así vamos ampliando conocimientos.
Así que sigamos el ejemplo de estos pequeñ@s sabi@s y practiquemos desde hoy el mindfulness o mindful, un estado de conciencia plena. La capacidad del cuerpo y la mente de sincronizarse completamente en el ahora. Focalicémonos en la respiración, calmemos la angustia y/o el enfado que nos aleja del ahora y del estado de bienestar. Meditemos. Ejercitemos nuestra inteligencia emocional.
Yo me apunto a meditar al menos un rato todos los días, a concentrarme en mi respiración cuando algo me altere y me saque del ahora, a mantener mi estado de bienestar. ¿Y tú? ¿Te apuntas?
Y esto se acaba. Os dejo con el corto que espero que disfrutéis y que a vuestros topitos también les guste. Muchas gracias por tomaros un ratito para leerme. Contadme qué os ha parecido porque a mí, desde luego, me ha gustado mucho y ya sabéis que me encanta leeros.
¡Hasta la próxima, Habitantes de La Madriguera! ¡Abrazo fuerte de oso!
El corto del que os hablo se titula "Just breathe" ("Sólo respira") cuyos realizadores, Julie Bayer y Josh Salzman, encontraron la inspiración escuchando una conversación de su hijo de 5 años con unos amigos sobre lo que estaban aprendiendo en su escuela infantil: identificar sus emociones, canalizarlas... Vamos, lo que viene siendo inteligencia emocional.
Los niños poseen una plasticidad mental enorme y es admirable la capacidad que tienen de asimilar conceptos complejos como, por ejemplo, la forma en que las emociones afectan distintas áreas de nuestro cerebro y cómo trabajarlas para recuperar el estado de bienestar, algo que para muchos de nosotros, los talluditos, se convierte en una enorme montaña por escalar.
Y en este vídeo nos encontramos a niños, enseñando a otros niños y a nosotros mismos lo que puede lograr el mindfulness.
Maravillosa inteligencia emocinal. Por desgracia en la mayoría de nuestros colegios y escuelas es algo que se tiene bastante abandonado. Les enseñamos a nuestros niños mucha teoría, datos cuantificables, fechas, fórmulas, conocimientos concretos, olvidándonos de enseñarles a percibir, asimilar y, sobre todo, comprender y gestionar las emociones, tanto las propias como las ajenas. Y qué importante es para el día a día un correcto manejo de las mismas ¿verdad?
Ahora podemos hablar por fin de inteligencias múltiples. No sólo cuantificamos la capacidad de recordar datos concretos o desarrollar una idea o planteamiento. Identificamos las distintas capacidades de nuestros retoños: músical, matemática... Eso si tienes suerte y das con un colegio con profesionales con una preparación más de hoy día que se preocupen de mirar más allá de los méritos académicos. Que no digo que no los haya, ojo, pero que cuesta encontrarlos en un colegio público y que además buracracia y sistemas educativos varios no hayan quemado dejando la sombra de lo que fue el día que decidió prepararse como docente, maestr@, psicopedagog@...
¿Os habéis encontrado alguno de estos diamantitos en el cole de vuestros peques? ¿Se educa la inteligencia emocional? ¿Practican mindfulness? Realmente es un tema que da para mucho. Os animo a que me contéis vuestras experiencias y si estás leyendo esto y eres un@ de es@s diamantes, por favor, comparte con nosotros un trocito de tu sabiduría que nos encantará leerte y así vamos ampliando conocimientos.
Así que sigamos el ejemplo de estos pequeñ@s sabi@s y practiquemos desde hoy el mindfulness o mindful, un estado de conciencia plena. La capacidad del cuerpo y la mente de sincronizarse completamente en el ahora. Focalicémonos en la respiración, calmemos la angustia y/o el enfado que nos aleja del ahora y del estado de bienestar. Meditemos. Ejercitemos nuestra inteligencia emocional.
Yo me apunto a meditar al menos un rato todos los días, a concentrarme en mi respiración cuando algo me altere y me saque del ahora, a mantener mi estado de bienestar. ¿Y tú? ¿Te apuntas?
Y esto se acaba. Os dejo con el corto que espero que disfrutéis y que a vuestros topitos también les guste. Muchas gracias por tomaros un ratito para leerme. Contadme qué os ha parecido porque a mí, desde luego, me ha gustado mucho y ya sabéis que me encanta leeros.
¡Hasta la próxima, Habitantes de La Madriguera! ¡Abrazo fuerte de oso!
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