Mostrando entradas con la etiqueta Recetas. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Recetas. Mostrar todas las entradas

8/2/17

Hoy para comer tenemos: Pastel de patata


¡Bienvenidos de nuevo, Habitantes de La Madriguera!
Hoy ponemos de nuevo en marcha los fogones de La Cocina de La Madriguera, después de un tiempo,  para traeros una receta de esas que me gustan a mí, fácil y económica, y tan rica que os dejarán los platos relucientes después de rebañarlos a fondo.
Así que preparad esos estómagos que Hoy para comer tenemos: Pastel de patata.
Sí, sí, ya habéis descubierto mi punto flaco, soy una auténtica fanática de las patatas ya sean fritas, al horno... Mmmmm... ¡¡Me chiflan!! Y entre que reconfortan los estómagos y encima son baratitas pues... 
En fin, ésta es una receta que enconté en internet, pero después de un par de pruebas, la he cambiado un poco, a mi gusto, que es lo que os recomiendo siempre, que probéis hasta que encontréis el punto perfecto para vosotros.

Pero no nos enrollemos más, delantales puestos, cuchillos en alto y... ¡¡¡A COCINAR!!! ¡¡AU, AU, AU!!

INGREDIENTES: (4 ó 5 pers., depende de lo que os dejen pescar de la cazuela)
- 1 Kg de patatas (si, si, 1kg, si ya veréis que no sobra nada de nada)
- 1 cebolla (lo de las gafas de buceo para no llorar cortándola es opcional, aunque dicen que funciona)
- 3 huevos.
- 1 cucharada de sal. 
- pimienta negra molida 1 cucharadita, comino molido, nuez moscada molida, jengibre molido, al gusto.
-120 gr de harina de trigo.
- 40 gr de mantequilla.
- 150 ml de leche
- 200 gr queso en lonchas raclette u otro más sabroso
- 125 gr de jamón serrano.
- molde de horno.
MODO DE HACER:
Antes de nada, vamos a pelar y laminar las patatas y la cebolla  con una mandolina, para que nos queden muy, muy finas, las lavamos y salamos un poco (cochinotes, que no se os olvide este paso, que os veo venir) y (aquí está mi variación de la receta)  en aceite templado, las pocharemos brevemente. Las sacamos y las ponemos en un bol con papel de cocina para que absorva el exceso de aceite. (Un poco de papel, ¡no vale meterles a las pobres patatas todo el rollo de cocina que hay que ser muy bruto!) Una vez libres del aceite sobrante, retiramos el papel de cocina (para que no se nos pegue) y reservamos.
En otro bol, echamos los tres huevos enteros (no vale quedarse con ningún trozo en la mano... Bueno, las cáscaras sí os las podéis quedar en las manos) la cucharada de sal,  la de pimienta y las especias que os apetezca añadirle.
Echamos también los 120gr de harina y mezclamos todo bien, con la ayuda de unas varillas hasta que nos quede una textura terrosa, entonces es cuando añadimos los 40gr de mantequilla, previamente derretida (evitad que rompa a hervir pues entonces lo que hacemos es clarificarla, no derretirla) y volvemos a mezclar con las varillas. La mezcla ya no estará terrosa, se suavizará. Añadimos en ese punto los 150ml de leche (podéis ponerla entera o semi, como queráis, que la receta ya tiene miga, ya) y mezclamos bien, lo que hará que nuestra mezcla quede líquida.


Esta mezcla se la añadimos a las patatas y las cebollas que teníamos reservadas y revolvemos bien, impregnándolas todas. A continuación engrasamos bien el molde de horno y ponemos una capa de patatas, aproximadamente la mitad de nuestra mezcla, dejándola lo más planita posible.


Justo después añadimos los 200gr de queso en lonchas en una sola capa (yo, además le añado queso rallado en esta capa), quedando así:


Lo siguiente que hacemos es añadir nuestros 125gr de jamón serrano en lonchas encima, en una sola capa, quedando así:


Una vez hemos terminado con todos los ingredientes, añadimos el resto de nuestra mezcla de patatas e intentamos dejarlo lo más plano posible, para que se haga por todos lados por igual. Lo metemos en el horno (previamente calentado) a media altura, 1 hora a 180º y ¡voilá! Ya lo tenemos listo.


Ahora a servir las raciones y a disfrutarlas calentitas y ya veréis qué buenísimo que está. Y sí, mejor servir raciones que cuando acuerdas, no te han dejado ni una miga para probar... Vamos, que para cocina de aprovechamiento tampoco es que nos de mucho, pero bueno, es un plato baratito y sencillo de hacer. 

Y hasta aquí hemos llegado. Animaos a cocinadlo y contadme si os ha gustado y ha tenido éxito, que como digo siempre, me encanta leeros y os respondo en cuanto tengo un ratito.
¡Nos vemos en la siguiente historia! ¡Abrazos de algodón!

26/11/16

Hoy para comer tenemos: Arroz Negro


¡Bienvenidos de nuevo, Habitantes de La Madriguera!

Hoy ponemos de nuevo en marcha los fogones de La Cocina de La Madriguera para traeros la receta, por peticición popular, de un arroz buenísimo: el arroz negro (conocido como arròs negre en valenciano, que ya sabéis que en mi familia estamos muy repartidos por el mundo).
Es un arroz seco que suele hacerse con un pescado conocido por allí como morralla para el caldo, un sofrito de cebollas y ajos y los trozos de calamar, sepia y gambitas. Luego añadimos la tinta natural del calamar al arroz en el caldo de cocción y es lo que le da ese colorcito.
Bien, una vez que sabéis lo que es un arroz negro valenciano de esos de chuparse los dedos, ahora os voy a enseñar la versión "La Madriguera" (o la versión "Halflemons", como dice mi madre, que es la que me enseñó la receta) que también es para rebañar el plato y bastante más económica, qué queréis que os diga, que tal como está el patio...
Así que ¡cucharones en alto y a cocinar! 

INGREDIENTES: (4 pers)

  PARA EL ARROZ BLANCO
- 4 medidas de arroz. En mi caso utilizo un cazo de servir que no es excesivamente grande pero cada uno tiene su medida, ya sabéis.
- 1 hoja de laurel (¡que nunca nos falte el laurel!)
- 1 diente de ajo entero, machacado para que de sabor.
- 1 pizca de pimienta negra (esto va al gusto de cada uno)
- 1 chorrito de aceite de oliva
- sal al gusto



  PARA LOS CALAMARES
- Entre 1/2 ó 3/4 Kg de calamares o sepia en rodajas frescos. En caso de no encontrarlos, nos valen los paquetes de anillas de calamar congeladas (¿Veis? Cocina de ahorro y rápidita, chicos)
- aceite de oliva para freír las anillas
- 1 cebolla mediana picada
- 1 ó 2 ajos picados
- 3 cucharadas soperas de tomate frito
- 1 pizca de pimienta negra (también al gusto)
- 1/2 vasito de vino blanco (aunque yo prefiero añadirle fino, que siempre le da un toque especial)
- 2 ó 3 sobres de tinta de calamar (¡Sí chicos!, nos lo ponen fácil y por ejemplo en Mercadona podemos comprar estos sobrecitos de tinta en la sección de pescado congelado)
- sal al gusto

MODO DE HACER:

Para el arroz ponemos a calentar bastante agua con el laurel , el ajo entero, sal al gusto, un chorrito de aceite y la pimienta. Cuando comience a hervir (y no antes, bárbaros, que si no se esclata) echamos las medidas de arroz y se deja hacer hasta que quede al dente. Así a la misma vez, podemos ir haciendo los calamares.
Una vez hecho, lo escurrimos y lo reservamos. ¡Ah! Y acordaos de retirar la hoja de laurel, que para el sabor muy bien, pero luego para comérsela, como que no...
 

En una sartén ponemos el aceite y echamos la cebolla y el ajo picados. Cuando estén pochaditos (vamos, cuando os queden transparentillos y sin chumascarlos) añadimos las anillas de calamar o sepia (frescas o congeladas, da igual. Aunque si usáis las congeladas, ¡acordaos de descongelarlas antes! Que no vale echar el mazacote entero ahí que se joroba la salsa, que os conozco, bacalaos)

Cuando estén a medio hacer, se le añade la sal y pimienta al gusto, las cucharadas de tomate y el vino (entero para la sartén, ¿eh? aunque podemos ponernos un vasito también para nosotros, por lo bien que lo hacemos oye)


Cuando ya estén casi hechos y la salsa prácticamente consumida, añadiremos los sobrecitos de tinta. Andaos con ojo, que no deja de ser tinta y te pones perdido a la mínima de cambio.
Le damos unas vueltas y ya los tendremos listos para añadírselos al arroz


Una vez unidos, les damos unas vueltecitas para que liguen bien, pocas, que no se nos quede pastoso el arroz que eso queda feo. Ya sólo nos queda ponerlo en el plato pero ponedlo bonito y esas cosas para que quedéis de diez y... ¡Listo! Ya tenemos un riquísimo arroz negro súper fácil y económico. 


¡Os aseguro que es un plato que encanta a pequeños y mayores! Probadlo y me contáis qué tal os ha ido con vuestras familias y vuestros peques, que me encanta saber qué tal os van las recetas.
Y esto es todo. Nos vemos en la siguiente historia. ¡Abrazo fuerte de oso!

2/11/16

Hoy para comer tenemos: Patatas al horno con bechamel


¡Bienvenidos de nuevo, Habitantes de La Madriguera!

Hoy ponemos de nuevo en marcha los fogones de La Cocina de La Madriguera para traeros una receta súper facilita y riquísima con la que os dejarán los platos hasta relucientes después de rebañarlos a fondo.
Así que preparad los estómagos que hoy para comer tenemos: patatas al horno con bechamel.

Mmmmm... Es pensar en las patatas y empezar a salivar como si no existiera el mañana, parezco el perro de Pavlov... Y eso que la receta muy ligth no es peeeero reconforta el estómago (y el alma, esta es una de esas recetas que quitan las penas, ya lo veréis)
Además es muy sencillita de hacer (que si, que me he abonado a las recetas facilonas, pero cuando os ponga la del ramen ya me diréis que vuelva a las fáciles, ya)
Pero no nos enrollemos más: espartanooos, cuchillos en alto y... ¡A cocinaaaaaaar! ¡Au, au, au! 

INGREDIENTES: (4 pers. o menos, depende de lo que consigáis u os dejen pescar de la cazuela)

- 8 o 9 patatas grandes (si, si, grandes, que luego no sobra nada)
- 500 ml de bechamel (para los prácticos como yo, hay bechamel ya hecha buenísima, si no, la podemos hacer con leche, mantequilla, harina y paciencia, mucha paciencia)
- pimienta negra molida, comino molido, nuez moscada molida, jengibre molido, al gusto
- estragón  (opcional, le da un gusto muy rico a la bechamel)
- queso rallado para gratinar

MODO DE HACER:


Lo primero es lo primero: hay que pelar bien las patatas, cortarlas en rodajas más o menos finas, como para hacer tortilla de patatas (bueno, algo más finas que eso, si) y enjuagarlas para quitarles todo el almidón que dicen que así se fríen mejor y no se pegan. Salarlas al gusto y a la sartén a freirlas por tandas hasta que estén bien doraditas y algo crujientes. 
Habrá quién llegados a este punto esté clamando a todos los dioses del olimpo porque salo las patatas antes de freírlas (mi mediolimón, por ejemplo. Él es más de salarlas una vez fritas, pero así no quedan igual, qué queréis que os diga)
Una vez listas y pasadas por papel de cocina para empapar el aceite sobrante, las colocamos en una fuente de horno y reservamos.


Ahora, adelante con la bechamel. Para quien disponga de tiempo y quiera hacer una bechamel casera, lo único que necesita es 1 litro de leche a temperatura ambiente, 120gr de mantequilla, 120 gr de harina de trigo, nuez moscada, sal y pimienta.
Para hacerla, en una sarten derretimos la mantequilla a fuego medio y una vez que lo tengamos, vamos añadiendo la harina poco a poco, removiendo con unas varillas, hasta que quede una masa cremosa amarillenta, así vamos cociendo la harina y la bechamel no sabrá a harina cruda.
A continuación vamos añadiendo la leche poco a poco mientras removemos para que todo quede bien ligado y mantenemos la salsa, sin parar de remover, a fuego bajo, hasta que adquiera la textura deseada. Lo de sin parar de remover no es broma que si no os saldrán grumos a tutiplen y eso no mola, las salsas no hay que masticarlas, ¡bárbaros!
En ese momento le podemos añadir la sal y las especias y voilà, ya tenemos nuestra bechamel casera.
Yo suelo añadir también comino y jengibre que le aportan un toque muy especial a la salsa.


Para los que vamos con prisas siempre y nos parece una estupendísima idea que vendan la bechamel hecha, ponemos en un cazo la que tenemos, la calentamos y le añadimos las especias: nuez moscada, pimienta negra, comino y jengibre.
Si queréis añadirle el estragón también, lo dejo a vuestra elección. Id probando y descubriréis todo un mundo nuevo.

Una vez que tenemos lista la bechamel, la vertemos en la fuente de patatas que habíamos reservado y recubrimos con el queso rallado.


Con el horno precalentado a unos 200º, metemos nuestras patatas con la función de gratinado del horno y hasta que se gratinen un poquito. ¡Un poquito! Nada de chumarrascarlas que ya no saben igual, por Thor.

Y ¡tachán! ya tenemos lista nuestras patatas riquísimas y baratitas. Ahora a servirlas y a disfrutarlas calentitas que veréis qué gozada. 

Hoy tampoco vamos a hablar de cocina de aprovechamiento porque tampoco nos quedará nada de nada.
 
 
Y esto es todo. Animaos a probarlas y contadme si os han gustado y han tenido éxito, que me encanta leeros cuando comentáis.
¡Nos vemos en la siguiente historia! ¡Abrazo fuerte de oso!
 

6/9/16

Hoy para comer tenemos: espaguetis con salsa de mejillones


¡Bienvenidos de nuevo, Habitantes de La Madriguera!

Volvemos a traer a La Cocina de La Madriguera una receta de esas que quitan el hipo y rebañas el plato con pan (y hasta con la lengua, si hace falta).
Así que hoy para comer tenemos: ¡espaguetis con salsa de mejillones!

Ñam, ñam, ñam... Si los de nata y salmón os gustaron (vale, ya me han chivado que algun@ hay por ahí que el salmón nanai de la china) pues no os hacéis una idea de lo buenísimos que están estos hasta que no los probéis (luego me contáis que me gusta saber qué os parece). Además son muy facilitos (últimamente parece que me he abonado a recetas fáciles... Ya pondré una de ramen, ya)

¡Pero no nos enrollemos más y vamos al lío que se nos va el tiempo de las manos!

INGREDIENTES: (5 pers)

- 500 gr de espaguetis (o lo que viene siendo medio kilo, vaya. Pero en gramos suena a engordar menos)
- 1 cebolla (¡a llorar todo el mundo!)
- 1 kg de mejillones frescos (o si no queréis pararos o están carisísimos de la muerte, con un par de latas de mejillones al natural también vale)
- 1 lata de mejillones en escabeche
- 300 ml de nata líquida para cocinar.
- 1 vasito de vino blanco (a mí me gusta ponerle mejor uno de fino, que para eso es de mi tierra)
- 1 guindilla cayena
- 1 limón
- 1 hoja de laurel
- cebollino y perejil frescos (si no tenéis, no pasa nada, probad con el que viene en frascos)
- sal al gusto
- aceite de oliva

MODO DE HACER:

En primer lugar, ponemos a cocer la pasta con agua hirviendo, sal al gusto y el laurel (laurel forever, ya sabéis...) el tiempo que indique el fabricante.
Al mismo tienpo abrimos los mejillones con un chorrito de vino blanco (o fino) y un poco de limón troceado. Una vez abiertos, los sacamos de sus conchas y los picamos finamente y los reservamos.
Podemos dejar unos pocos enteros para  darle un no se qué que qué se yo al plato.


En una sartén con aceite, ponemos a pochar la cebolla picada (a estas alturas ya habremos llorado un rato, aunque dicen que si las cortas debajo del agua, no lloras) la guindilla y la lata de mejillones en escabeche (con su escabeche y todo).
Cuando la cebolla esté pochada, vertemos la nata y dejamos que reduzca y espese. Veréis que conforme vaya reduciendo la salsa, los mejillones se van deshaciendo, que no os creáis que se hace sola, hay que ir dádole vueltas, ¿eh?


Y aquí es cuando variamos la receta, si andamos con prisas o con vaguerío (que todo puede ser, que un@ no siempre está al 100% oiga). Si no queremos o no podemos pararnos con los mejillones, los compramos enlatados al natural, los picamos finitos, les echamos el zumo del limón y seguimos los pasos de la receta con ellos, añadiendo el vino blanco (venga, repetid conmigo: O fino!) a la nata directamente.

TRUCAZO: Si ponemos una lata en escabeche normal y otra picante le damos un toque super rico (en ese caso no añadais la guindilla a la sartén, ¡no os paséis, que os conozco!)

Escurrimos la pasta (acordaos de quitar la hoja de laurel que si no queda feo, por favor), mezclamos con la salsa, incorporamos los mejillones al vapor (o los que teníamos de lata) y espolvoreamos con las especias y volvemos a mezclar.


¡Pis pas! Tenemos lista nuestra receta riquísima y baratita. Ya sólo nos queda ponerlo en el plato (un poco bonito y esas cosas) y disfrutar como enanos. En este caso no os hablo de cocina de aprovechamiento porque no os quedará nada de nada.


Y esto es todo. Espero que os animéis a probarlos y ya me diréis si os han gustado y han tenido éxito, que me encanta leeros cuando comentáis.
¡Nos vemos en la siguiente historia! ¡Abrazo fuerte de oso!


23/8/16

Hoy para comer tenemos: Espaguetis con salmón


¡Bienvenidos de nuevo, Habitantes de La Madriguera!

Vamos a por otra receta esta vez por petición de @papabichoraro, @esconditedemama y mi amiga Tina (que dice que la voy a poner redonda) y como son de lo más bonito que puedes encontrar en el mundo mundial, sus deseos son órdenes para mí.
Y ahora que lo pienso... ¡La Cocina de La Madriguera va ganando adeptos! ¡Muchísimas gracias a tod@s, no sabéis el subidón que me dais! (esto lo digo mientras correteo por casa dando saltitos histéricos, que sepáis)

Pero pongámonos manos a la masa que si no no nos cunde. Es una receta muy sencillita y de las que piensas que cómo es que no ha estado toda tu vida en tu menú de lo buena que está. Además si te toca visita en casa, quedas estupendamente con espaguetis, quién lo diría.
Vamos allá, hoy para comer tenemos: Espaguetis con salmón.

INGREDIENTES: (Para 4 pers.)

- 80-100 gr Espaguetis por persona
- 1 sobre de Salmón ahumado (suelen ser de unos 250 gr)
- 2 tetrabricks pequeños de nata para cocinar
- Queso azul
- Queso polvo tipo parmesano
- Sal
- 1 Hoja de laurel
- Pimienta negra
- Nuez moscada
- Comino

MODO DE HACER:

Lo primero que hacemos es poner los espaguetis a hervir con su sal y su hojita de laurel (que no falte) y que se hagan. En cuanto a la ración de espaguetis por persona, hace poco descubrí el trucazo para calcular la ración para uno, ¿sabeis el cucharón de pasta ese que tenemos todos en casa con un agujero en medio? Pues los espaguetis que quepan en ese agujero es la medida exacta para un comensal (antes de hacerlos que os conozco y os veo intentando medir espaguetis hechos ya)

 
¿Cómo os habéis quedado? Yo cuando me enteré, muerta.... Toda la vida haciendo pasta para mi y para toda la vecindad por no calcular bien y mira... Tenía el medidor perfecto en casa...

Bueno, a lo que íbamos, mientras los espaguetis hiervan, id cortando en trozos medianitos (o más o menos grandes, según vuestra preferencia) el salmón y reservamos.


La salsa para esta receta se hace en un plis, así que podemos empezar a hacerla o bien cuando les falte poco a los espaguetis para estar listos o bien cuando ya los tengamos hasta escurriditos, a vuestra elección.
Para la salsa ponemos a calentar a fuego suave en un cazo los dos tetrabricks de nata, salpimentada al gusto. Pero como soy una fanática de las especias (ya os pondré alguna receta para flipar, ya) yo le añado además un poco de nuez moscada y de comino que le va muy bien a la salsa.
Añadimos el queso en polvo para espesarla un poco y cuando tenga la textura que os guste, añadimos un trozo de queso azul (volvemos a eso de que la cantidad depende de lo que os guste, que viva la cocina anarquista) y listo.
Ponemos el queso azul lo último porque si se cocina mucho pierde el sabor, así que basta con que ligue bien la salsa y punto.
Ahora añadimos el salmón, le damos un par de vueltas con fuego suave para que coja bien el sabor y fuera. Queremos que sepa a salmón ahumado, si lo dejamos mucho tiempo, se cocina y ya no sabe igual.
Una vez tengamos lista la salsa, mezclamos con los espaguetis y ya los tenemos listos para servir.


Ahora a ponerlos en un plato, espolvorearlos con quesito por encima y a disfrutar. Cuando los ponemos en casa hasta se rebañan los platos, con eso os lo digo todo.


Y esto es todo. Espero que os guste y se convierta en una de vuestras recetas habituales (bueno, mucho no que muy ligth no es que sea) y ya me contaréis qué os ha parecido, que soy feliz cuando me llegan vuestros comentarios.

¡Nos vemos en la siguiente historia! ¡Abrazo fuerte de oso!

19/8/16

Hoy para comer tenemos: Ensalada de pollo



¡Bienvenidos, Habitantes de La Madriguera!

Volvemos con una receta nueva, esta vez por petición de @ruth2m, una ilustradora genial que hace cosas chulísimas, tira cómica incluída, con unos post muy interesantes. Si aún no la conocéis, pasaros por su página ruth2m.com que os va a encantar.

Pero vamos a lo que vamos que me voy por las ramas y no nos cunde. Esta receta es un clásico en mi casa, hay tortas por la ensalada, de repente parece que acabamos de salir de la cárcel y nos vigilamos los unos a los otros para que no nos quiten ni una miguita. De hecho es el plato que pido siempre en mi cumpleaños (sí, es que en la república independiente de mi casa, el que cumple años elige la comida) 
Es un plato yanqui, yanqui pero me encanta y es muy sencillo de preparar aunque, aviso, lleva su tiempo, eso sí.
Así que música de celebración por favor (que como dice Ruth esta receta se ha hecho esperar) que hoy para comer tenemos: Ensalada de pollo.

INGREDIENTES: (Para 6 pers. que vienen a ser 4 en mi casa)

- 1 pollo entero hervido
- 1 manzana ácida o 2 si son pequeñas
- 1 loncha de jamón de york de un dedo de grosor aprox.
- 1 cuña de queso semicurado
- lechuga
- aceite
- vinagre
- sal
- mayonesa

MODO DE HACER:

Antes de nada, empezaremos hirviendo el pollo tempranito, bien limpio (sin la piel) y troceado, en agua con sal y una hoja de laurel (que a mí con el laurel me pasa como a Arguiñano con el perejil, lo meto en todos lados. Debe ser manía heredada de mi señora madre), hasta que esté tierno, tierno.

Una vez que esté hervido, pasamos a desmenuzarlo bien para que nos quede como si fueran migas de pollo y reservamos.


Y démosle caña que si aún no os estáis acordando de mí y de toda mi familia con la tortura de desmenuzar el pollo, ahora vais a empezar a hacerlo porque nos toca trocear en dados, más o menos iguales, el resto de los ingredientes. Menos la lechuga, claro, que sería un poco difícil (al que lo consiga que mande prueba gráfica de semejante hazaña, por favor) La lechuga la cortaremos en juliana más bien fina... En tiras, vamos.


Una vez que ya tenemos todos los ingredientes listos (casi para la hora de comer por lo menos), los mezclamos bien en la ensaladera en la que vayamos a servir. 
Aquí nos toca tirar un poco de estética, pensad que es una ensalada colorida y lo ideal es que esté más o menos equilibrada visualmente y como en todo, lo suyo es que lo pongáis como más os guste (más o menos manzana, más o menos queso y demás)


Ahora la aliñamos como una ensalada normal, aunque bastante más suavita, ya que terminamos añadiendo la mayonesa que le da un sabor muy especial. Aquí también os aconsejo que vayáis probando cuál es vuestro punto ideal, yo en particular no la hago con excesiva mayonesa pues me gusta notar bien todos los sabores.
Una vez lista, la refrigeramos hasta que vayamos a consumirla.
Y voilá, ya tenemos un platazo sencillo que está buenísimo y que seguro que encanta a todo el mundo (ya os digo, vigilad que no os metan mano en vuestro plato)


Y esto es todo. Espero que os animéis a probar la receta y ya me diréis si os ha gustado y ha tenido éxito, que me encantará leeros cuando comentéis.

Nos vemos en la siguiente historia. ¡Abrazo fuerte de oso!

18/8/16

Hoy para comer tenemos: Falsos Boquerones en vinagre


¡Bienvenidos de nuevo, Habitantes de La Madriguera!

Hoy vamos a aprender a hacer unos falsos boquerones en vinagre o lo que viene siendo un trampantojo (sí, sí, como lo oís) por petición de mi amiga Tina, a la que le pirran los boquerones. ¡Tanto como para comérselos en bocadillo! (Cosa que tengo que probar, que tiene pinta de estar buenísimo)

Esta receta ha caído en mis manos recientemente (desconozco de dónde la han sacado) y me aseguraban que no me iba a defraudar. ¡Y qué razón llevaban! Jamás me habría imaginado que una verdura como los calabacines (ya sé, últimamente parece que les tengo querencia) llegaran a saber a boquerones en vinagre de verdad...
Al usar calabacín para la receta, nos queda un plato bastante económico. Además, así nos ahorramos estar limpiando boquerones que parece que se reproducen en el cuenco.
Pero bueno, pongámonos manos a la obra con la receta que es muy muy sencillita (aunque os pueda parecer difícil, cosa que dudo) 
Así que hoy para comer tenemos: Falsos boquerones en vinagre.

INGREDIENTES

- 1 ó 2 calabacines (según el hambre que tengáis o las personas que los caten)
- 1 puñado de alga WAKAME seca (la podéis encontrar en tiendas de alimentación chinas que cada vez hay más y con mucha variedad de productos)
- 3 ó 4 ajos enteros (eso es algo que va a gusto de cada uno)
- Perejil.
- Aceite.
- Vinagre 
- Sal


MODO DE HACER:

Empezamos pelando bien los calabacines, sacando cintas con un pelador (sin llegar a las pepitas, ya sabéis)
y poniéndolas en remojo para dejarlas bien limpitas del dichoso "caldipuchi" que sueltan (que os prometo que se te pega a las manos y pasas las de Caín para que queden limpias)
El calabacín sobrante lo podemos guardar para hacer una crema o un caldo de verduras o tortilla... Que me gusta una cocina de aprovechamiento, oye...


Mientras se van limpiando las cintas, pelamos y picamos pequeñitos los ajos y los ponemos en un mortero junto con el resto de ingredientes (el puñado de WAKAME, perejil, aceite, sal y vinagre. Esto es un poco a ojo, según os gusten de fuertes los boquerones) y lo majamos bien. Es algo que pueden hacer los peques con nosotros, que seguro que les encanta.
¡A darle a la muñeca chicos! Y no os vayáis por los cerros de Úbeda, que os estoy escuchando pensar barbaridades desde aquí y hay ropa tendida (gente menuda, vaya)
Ahora ya estaréis flipando con el olor que suelta el majado y si lo vais probando (muy recomendable para ver cómo va quedando) os quedaréis "muertos mataos" al reconocer perfectamente el sabor de los boquerones en vinagre.


Una vez que tenemos listo el majado, escurrimos bien las cintas de calabacín y las ponemos en el tupper en el que las vayamos a conservar hasta que las utilicemos. Las mezclamos bien con el majado anterior (a mi me encanta meterlos en un tupper redondo, poner la tapa y agitarlo) y cuando ya estén bien mezcladas, las dejamos reposando un mínimo de 3 horas en el frigorífico.
Con el tiempo de reposo la cintas de calabacín van tomando sabor así que cuanto más tiempo reposen, más ricas estarán.
Cuando vayáis a comerlas, ponedlas apañaditas para que den el pego como boquerones. Recordemos que es un trampantojo bastante sencillito y muy resultón.



¡Y listo! Ya podemos invitar a la cata a quien queramos que vamos a quedar de miedo. O comérnoslos solos, egoístamente hablando, que están que te mueres.

Esto es todo. A ver qué os parece la receta y contadme si la habéis probado y qué tal os queda, que ya sabéis lo que me gusta leeros.

¡Nos vemos en la siguiente historia! ¡Abrazo fuerte de oso!

22/7/16

Hoy para comer tenemos: Arroz al horno de pescado



¡Bienvenidos, Habitantes de La Madriguera!

Hoy os traigo receta nueva, en este caso, por petición de @PapáBichoRaro, que la está esperando como agua de mayo.
Así pues y en su honor, Hoy para comer tenemos: Arroz al horno de pescado.

Éste es un plato valenciano, que no sé si os he comentado alguna vez que parte de mi familia es de aquellos lares, motivo por el cual nuestro recetario habitual está plagado de platos de la zona. Aunque la verdad, soy muy ecléctica culinariamente hablando (bueno y en otros aspectos también, pero ese es otro tema) y cocino platos de diversas culturas gastronómicas, como por ejemplo ramen japonés que está buenísimo (ya os pondré la receta en otra ocasión si os apetece)

Pero volvamos a la receta que nos ocupa hoy, que nos desviamos del tema. Es un plato bastante sencillo, pese a lo que pueda parecer. La única complicación es cogerle el punto al arroz, que no se quede duro ni "esclatat" (creo que es una expresión valenciana) es decir, que no se nos quede pasado, con aspecto de palomitas de maiz. Si vais a invitar a comer a un valenciano muy valenciano, tenedlo muy muy en cuenta, que el punto del arroz es importantísimo. ¡Un arroz que no esté suelto y esté pastoso es un sacrilegio!
Y ahora vamos a ponernos manos a la obra con la receta.

INGREDIENTES: (4 pers)

- 1 cazo de arroz por persona, de esos que usamos para cocinar.
- 2 cazos de caldo de pescado por cada cazo de arros
- unos cuantos mejillones, unas cuantas gambas, unas pocas almejas... o en su defecto un paquete de esos de preparado de marisco para arroz.
- 1 cabeza de ajos.
- piñones
- perejil.
-2 cucharaditas de pimentón dulce.
- Azafrán o si no tenemos (que es caro, carísimo) colorante alimenticio a ojo.
- Sal al gusto.
- 1cazuela de barro
- Para el caldo de pescado: 1 patata, 1 cebolla, 1 trozo de merluza, 1 hueso de rape, 1 calamar y algún otro resto de pescado que tengáis por casa (¡Cocina de aprovechamiento, chic@s!)


MODO DE HACER:

En primer lugar, preparamos el caldo. Para ello lo que yo hago es poner a hervir algo más de 1l. de agua con la patata, la cebolla, la merluza, el rape, el calamar y si tenéis algún resto de pescado que os haya sobrado, añadidlo también y lo saláis al gusto. En el caso de la foto, añadí algo de verdura también. 4 ó 5 judías verdes, un puñadito de guisantes y un par de trozos de pimiento morrón. Esto es completamente opcional. Normalmente prefiero la versión sin verdura.



 Mientras esperamos a que se haga el caldo, podemos sofreir el marisco (mejillones, almejas, gambas y si queréis añadir algo más, adelante, en cocina es bueno ir probando)
Una vez sofrito, se reserva el marisco y el aceite utilizado se echa en la cazuela de barro que usaremos para el horno. Añadimos a la cazuela 1 cazo de arroz por persona, los piñones, el azafrán o colorante, el pimentón dulce, sal al gusto y se revuelve bien hasta que esté todo mezclado y el arroz quede bien empapado. Ahora a esperar que termine el caldo de pescado.




Si sois unos ansias como yo o no tenéis tiempo de pararos a hacer un caldo, aceptamos caldo de pescado de supermercado ya hecho como animal acuático, no seamos tiquismiquis. En ese caso, lo ponemos a calentar y le añadimos un sopicubo de caldo de pescado.

Una vez listo el caldo, apartamos el pescado utilizado y lo reservamos junto con el marisco. Menos las raspas y las cabezas, que eso no se come y os estoy viendo venir. Raspas, caca.

Mientras está caliente el caldito, se van añadiendo 2 cazos de caldo por cada cazo de arroz que hayáis puesto. En resúmen y para que esté más clarito: 1cazo arroz = 2 cazos caldo, matemática básica.
Añadimos también la cabeza de ajo tal cual, cruda y sin pelar pero muy bien lavadita, no seamos guarretes.

Trucazo: Usad una cazuela más ancha que alta, para que tenga poco fondo de arroz. Así queda mucho mejor que el arroz que pones en una cazuela más pequeña y con más fondo, que así se amontona y no queda igual de bien.
Otro trucazo es que intentéis dejar la superficie del arroz lo más plana posible, nada de que queden montoncitos de arroz que insisto que queda peor.

Una vez hecho esto, metemos la cazuela en el horno, previamente calentado, a 200º-210º, unos 30 ó 45 min, depende de cada horno. Id vigilando el arroz para que se vaya secando bien y no quede ni duro ni esclatado.
Cuando le falte para acabar unos 5 o 10 minutos, abrimos el horno y añadimos por encima del arroz el marisco y el pescado que habíamos reservado. Subimos la temperatura al máximo y esperamos que termine, así nos aseguramos de que el arroz quede sueltito y conseguimos que quede socarrat (otra expresión valenciana, que significa tostado)  por debajo. Esto es lo más rico de todo, habrá tortas por el socarrat. Y cómo sabemos que el arroz queda socarrat, os preguntaréis. Pues bien, almas de cántaro, bonitos míos, si os fijáis en los bordes del arroz veréis que se queda marroncito.

¡Y listo! Ya tenemos un riquísimo arroz al horno de pescadito. Como véis en la imágen, se puede apreciar ese bordecito tostado del que hablamos.


Y esto es todo, @PapaBichoRaro, espero que te haya gustado y en tu caso, ya sabes... ¡Ni sal ni sopicubo!
Pero saldrá buenísimo igual.
Como siempre os digo, me encantaría saber qué os ha parecido la receta,si  la habéis probado y si os gusta, que ya sabéis que podéis comentar lo que queráis en éste y otros post.

¡Nos vemos en la siguiente historia!¡Abrazo fuerte de oso!

19/7/16

Hoy para comer tenemos: Ensalada de naranja y bacalao



¡Bienvenidos, Habitantes de La Madriguera!

Tengo que agradeceros la buenísima acogida que ha tenido la sección nueva, ya me iréis contando qué tal os ha salido la receta y si os ha gustado.
Y como ha tenido esta acogida vamos a celebrarlo (que me gusta a mi una jarana, oye) con receta nueva. Tantantantaaantataaaaantantataaaaaaan (hoy celebramos con música de Star Wars que también mola mucho)
Así pues en Hoy para comer tenemos: ensalada de naranja y bacalao.
Es un plato típico cordobés (seguro que @TdeNaranja la conoce ) muy fresquito y bastante económico, además de ser sencillísimo.
Una vez que lo probéis, seguro que no faltará nunca en vuestros platos veraniegos y si cuando tienes visitas,  lo haces, quedas estupendamente. Vamos, que seguro que esos amigos ya los tienes de invitados fijos cuando de menú toque este plato.
Pero bueno, vamos a dejarnos de tanto rollo y pongámonos manos a la obra, o a la ensalada en este caso.

INGREDIENTES: (Para 5 ó 6 pers. según el hambre que tengan)

- 8 naranjas.
- 250 grs de bacalao desalado
- 1 cebolla grande
- Sal
- Aceite
- Vinagre

MODO DE HACER:

Para esta ensalada, vamos a hacer primero una vinagreta con la cebolla, sal, aceite y vinagre. Para ello, pelamos la cebolla y la picamos muy muy fina (¡ala! a "jartarnos" de llorar un ratito) En mi casa utilizamos un picador de esos de toda la vida, que la deja estupendamente.
Una vez que la tengamos bien picadita la ponemos en un bol y le añadimos la sal, el aceite y el vinagre sin medida, hasta que tenga el toque que queráis. Y lo dejamos aparte para que el sabor de la cebolla vaya perdiendo fuerza y se mezcle bien con el resto de ingredientes.
Os tiene que quedar algo así:


Un trucazo: cuando cortemos las naranjas, soltarán zumo. Probad a añadirle un poco a la vinagreta (un poco ¿eh? No os paséis que os conozco, exagerados) veréis que toque le da.

Ahora empezamos a pelar las naranjas bien peladitas y quitándoles la mayor parte posible de lo blanco, que amarga bastante, y las cortamos.
Tenemos dos opciones:
O bien las cortamos en rodajas (como la piña enlatada) y luego cortamos las rodajas en unos cinco trozos, más o menos.
O bien las cortamos longitudinalmente y luego las troceamos. A mi hoy me ha dado por hacerlas así.



Y las dejamos cortaditas en una ensaladera. Ahora, empezamos con el bacalao. Ya sabéis que lo podemos encontrar salado o desalado. Para esta ensalada es mejor desalado, si no os quedará fuerte de sabor.


Cogemos los trozos de bacalao, los añadimos en hebras a la ensaladera con la naranja y mezclamos, os quedará algo así:





Agregamos la vinagreta, remezclamos y un ratito a la nevera para que esté fresquita. ¡Ñam!

Y lista, ya la podéis servir y a ponerse como el kiko. Como véis es un plato sanote, sencillísimo y resultón.
Os diré que a mi topita le encanta, aunque siempre le ha gustado la fruta y el pescado. Probadla con vuestros peques a ver qué tal.

Y esto es todo. Como siempre os digo, me encantaría saber qué os ha parecido la receta,si  la habéis probado y si os gusta, que ya sabéis que podéis comentar lo que queráis en éste y otros post.

¡Nos vemos en la siguiente historia!¡Abrazo fuerte de oso!