9/3/16

La Abuelita y el Cerdo



¡Bienvenidos Habitantes de La Madriguera!

        Hoy estoy muy contenta y muy nerviosa porque: ¡inauguramos Blog! (música de celebración y confeti, ¡por favor!)

        Para estrenarnos vamos a contar un cuento que me encantaba de pequeña. A mi topita la mayor también le gusta mucho y se lo sabe casi entero. Seguro que muchos de vosotros lo habéis leído u oído. Que yo sepa, es un cuento popular y no sé si tiene autor conocido, así que si alguno lo conocéis y sabéis quién es su autor, sentíos libres de compartir vuestro conocimiento con nosotros, por favor.
        Yo lo recuerdo con cariño y entre risas porque siempre me pareció divertido y un poco trabalenguas. Hoy día igual lo tacharíamos de "políticamente incorrecto" aunque desde mi punto de vista es un excelente ejercicio de memoria para los peques y qué queréis que os diga, me encanta que la protagonista sea una abuelita que se busca la vida con lo que tiene a mano. Te podrán gustar más o menos sus métodos, pero desde luego se basta y se sobra ella solita. ¡Hay vida ahí fuera además de las princesas y de Frozen! (¡Bien!)

        Además en cualquier caso siempre es bueno hacer funcionar las cabecitas de nuestros enanos y podemos aprovechar este cuento para que imaginen qué harían ellos si se encontraran en la situación de la abuelita y, de lo que ella hace, qué es lo que les gusta o no e intenten defenderlo o rebatirlo. Sí, sí, ¡desde pequeñitos y con las capacidades que tienen en cada etapa! Así aprenderán siempre a razonar y debatir una toma de decisión o un punto de vista, por ejemplo.      

        No os hago esperar más así que ¡adelante con el cuento!:     

         Érase una vez una Abuelita y su Cerdo que volvían a su casa del mercado, pero por el camino se encontraron una valla y la Abuelita dijo: "Cerdo, Cerdo, por favor, salta la valla para que lleguemos pronto a casa."
Pero el Cerdo le contestó: "No, no, no, no, no"
Así que la Abuelita, en vez de enfadarse, le dijo: "Pues volveremos por el camino a ver qué encuentro para que te obligue a saltar la valla."
Y andando,andando se encontraron con un Perro y le dijo: "Perro, Perro, por favor, muerde a mi Cerdo que no quiere saltar la valla para que lleguemos pronto a casa."
Pero el Perro le contestó: "No quiero, no quiero."
Entonces la Abuelita, que no se enfadó, dijo: "Pues volveremos por el camino a ver qué encuentro para que te obligue."
Y andando, andando se encontraron con un Palo al que le dijo: "Palo, Palo, por favor, pega al Perro, que el Perro no quiere morder al Cerdo, que el Cerdo no quiere saltar la valla para que lleguemos pronto a casa."
Pero el Palo le contestó: "No, no, no, no, no."
Esta vez la Abuelita tampoco se enfadó y le dijo: "Pues volveremos por el camino a ver qué encuentro para que te obligue."
Y andando, andando se encontraron con un Fuego y le dijo: "Fuego, Fuego, por favor, quema al Palo, que el Palo no quiere pegar al Perro, que el Perro no quiere morder al Cerdo, que el Cerdo no quiere saltar la valla para que lleguemos pronto a casa."
Pero el Fuego le contestó: "No quiero, no quiero."
La Abuelita no se enfadó y le dijo: "Pues volveremos por el camino a ver qué encuentro para que te obligue."
Y andando, andando se encontraron con un cubo de Agua y le dijo: "¡Agua, Agua, por favor, apaga el Fuego, que el Fuego no quiere quemar al Palo, que el Palo no quiere pegar al Perro, que el Perro no quiere morder al Cerdo, que el Cerdo no quiere saltar la valla para que lleguemos pronto a casa."
Pero el Agua le contestó: "No, no, no, no." Así que la Abuelita, que no se enfadó, le dijo: "Pues volveremos por el camino a ver qué encuentro para que te obligue."
Y andando, andando, se encontraron con una Oveja y le dijo: "Oveja, Oveja, por favor, bébete el Agua, que el Agua no quiere apagar el Fuego, que el Fuego no quiere quemar al Palo, que el Palo no quiere pegar al Perro, que el Perro no quiere morder al Cerdo, que el Cerdo no quiere saltar la valla para que lleguemos pronto a casa."
Pero la Oveja le contestó: "No quiero, no quiero."
Entonces la Abuelita no se enfadó y le dijo: "Pues volveremos por el camino a ver qué encuentro para que te obligue."
Y andando, andando se encontraron con un Carnicero y le dijo: "Carnicero, Carnicero, por favor, mata la Oveja, que la Oveja no quiere beberse el Agua, que el Agua no quiere apagar el Fuego, que el Fuego no quiere quemar al Palo, que el Palo no quiere pegar al Perro que el Perro no quiere morder al Cerdo, que el Cerdo no quiere saltar la valla para que lleguemos pronto a casa.
Y el Carnicero le contestó: "¡Ahora mismo voy!"
Pero la Oveja entonces le dijo: "¡Ay, no, no que yo me beberé el Agua!"
Y el Agua contestó: "¡Ay, no, no que yo apagaré el Fuego!"
Pero el Fuego entonces dijo: "¡Ay, no, no que yo quemaré al Palo!".
Y el Palo contestó: "¡Ay, no, no que yo pegaré al Perro!".
Pero el Perro entonces dijo: "¡Ay no, no que yo morderé al Cerdo!".
Y el Cerdo contestó: "¡Ay, no, no que yo saltaré la valla!."
Así el Cerdo saltó la valla y él y la Abuelita llegaron pronto a casa.

Y colorín , colorado, este cuento se ha acabado.

        Y esto se acaba. Muchas gracias por tomaros un ratito para leerme. Si os ha gustado la historia sentíos libres de compartirla con el mundo y entonces ya será cuando muera de amor.     
        ¡Hasta la próxima Historia, Habitantes de La Madriguera! ¡Abrazo fuerte de oso!

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